¿Quiénes sirven a la reina? El servicio a la soberana es una tarea compleja, que se irá diversificando a medida que avanza el periodo medieval desde la articulación de la Casa de la reina en la Plena Edad Media. La asistencia cotidiana a la soberana abarcaba una gran cantidad de funciones y abarcaba, en consecuencia, una gran cantidad de personas, llegando a construir redes familiares a través de las personas que colaboraban en el servicio de su entorno curial. Del mismo modo que ocurre con la propia corte, las Casas reales irán asistiendo, con el paso del tiempo, a una evolución marcada, en buena medida, por la especialización y la diversificación de las tareas que cumplen. De esta manera se ofrecía la posibilidad de alcanzar una buena posición social, gracias a la cercanía al entramado político y cortesano, así como por gozar de una posición de proximidad a la familia real.
De la mano de la evolución que experimentan las instituciones y las estrategias políticas de los reinos, tanto peninsulares como europeos, se puede apreciar el proceso de crecimiento trazado por los organismos que se ocupan del servicio a reyes y reinas, así como los intercambios culturales que se propician a propósito. Con el objeto de analizar el proceso expansivo conocido por la Casa de la reina en los reinos cristianos de la Península Ibérica, en nuestra sección «Recursos. Instrumentos del poder femenino«, hemos confeccionado unos gráficos buscando que faciliten la comprensión del proceso. A través del apartado «La Casa de la reina. Marco evolutivo», podrás conocer la estructura con la que las reinas peninsulares contaban a mediados del siglo XIII, como fue cambiando a lo largo de la Baja Edad Media y las conexiones o diferencias que pueden hallarse al respecto entre los reinos de Aragón, Castilla, Navarra y Portugal.